NOCHE DE VIGILIA OBLIGADA

La Solana, 27 de noviembre de 2011

Anoche a las dos de la madrugada manipularon el pulsador del timbre de mi casa dejándolo fijo con el correspondiente ruido y emergencia que produce…; me armé de paciencia y me levanté, arreglé el problema y volví a la cama…
A las cuatro volvió a ocurrir lo mismo, y a las cuatro y media también… al final, ya bastante enfadado, no tuve más remedio que cortar la electricidad para anular el timbre si es que quería descansar un poco…

Y claro, en una noche de vigilia obligada a uno le da por pensar…, y de repente se me vino a la cabeza los manifestantes de la camiseta verde “aquellos que defienden una educación de calidad”, y me he pregunté qué pasa en nuestra sociedad…, porque si ésta ha sido la última generación beneficiaria de la más alta calidad de educación (la misma que ahora dicen retrocederá…) ¡vaya con los resultados obtenidos!… Mi calle parece un estercolero: suciedad de todo tipo, gritos y violencia en una parte de la juventud que parece divertirse a costa de romper el descanso del vecindario y más historias que es mejor no comentar…

Y seguí preguntándome…
¿Será que la educación del todo vale y realízate tú mismo…, realmente no vale? ¿Qué valores sociales se transmiten a los chicos en casa y en la escuela? ¿Es posible que las familias, en medio de una crisis económica tan feroz, puedan financiar el ocio nocturno de sus miembros jóvenes, y hasta algunos menores? ¿Es legal que el ocio de unos pocos coincida totalmente con el descanso de otros que vuelven al trabajo cuando los otros descansan?...

En esta noche de vigilia obligada he recordado que yo fui joven también y que no me divertía fastidiar al otro, y también he recordado a una maestra querida “doña Antoñita” que trabajaba con una clase de 40 niños, más horas lectivas y peor sueldo, y que fue capaz de transmitir valores fundamentales para la convivencia.

Y seguí pensando que me gustaría dejar de padecer cómo se instrumentaliza políticamente la educación, los servicios sociales, la sanidad y tantas cosas más... me gustaría que los profesionales implicados en cada campo se manifiesten con coherencia y con objetivos reales con independencia de opciones partidistas.
Y me gustaría escuchar que todos tenemos una responsabilidad social si es verdad que queremos crecer como personas y ciudadanos.

Anoche a las tantas de la madrugada no me podía dormir y pensé en algunas personas mayores que viven solas, que pueden sufrir este tipo de sobresaltos en la noche que les puede provocar perfectamente un accidente doméstico (caídas o sobrecarga eléctrica que provoca un cortocircuito…, algo que ya le ocurrió a mi vecina María…) y que, a la vez que se le resta bienestar a su vida se las pone en peligro por un ocio gamberro que no comprendo.
A ver si somos capaces de madurar un poquito…